Este es un trabajo de investigación abierto. La Historia Urbana de Quilmes

miércoles, 9 de abril de 2008

Desde 1872 hasta 1904

(Situación 5)

El 18 de Abril de 1872, el ferrocarril llegó a Quilmes y entre los pasajeros del primer viaje estaban además de Don Guillermo Wheelwright, a quien le debemos la llegada del ferrocarril, el gobernador de la provincia doctor Emilio Castro, el ministro Dalmacio Velez , el obispo Amerios y otros 450 pasajeros. Después de algunas dilaciones, se logró finalizar los trabajos de tendido ferroviario hasta Quilmes, y de esa manera se realizó el viaje inaugural, que partió a las 12.20 desde su cabecera porteña. El diario The Standard al día siguiente del suceso, aseguró que el viaje de Buenos Aires a Quilmes se había realizado en 55 minutos. La ciudad toda embanderada los recibió con un acto en la municipalidad. El acontecimiento fue vivido como una fiesta, ya que según relatos de la época, En el Hotel de Agapito, una docena de niñas encabezadas por la hija de Boniface, le obsequió a Mr. Wheelright una corona de laureles y el cortejo triunfal continuó su marcha . Tal era la limpidez del cielo y la escasa población de estos lares, que los visitantes subieron a la cúpula de la iglesia ubicada muy cerca de la Estación, y desde allí recuerda uno de los actores de ese episodio tuvimos una vista espléndida de la región circundante. Mirando al sur, la punta llamada Santiago penetra en las aguas del Plata; su monte es famoso por sus duraznos. A la distancia, vimos Ensenada y la estancia de Bell. Hacia el oeste, el ojo se deleita con los bosques de Bella Vista, la propiedad de Mr. Clark, con Lomas de Zamora a la distancia. Hacia el norte, seguimos la ruta de la nueva línea, con cientos de campanarios y torres de Buenos Aires como telón de fondo. Girando nuestra vista hacia el este, observamos el puerto de Buenos Aires, atestado, semejando un bosque de mástiles, y luego el anchuroso y plácido estuario del Río de la Plata, seguía le relato.
Será un antes y un después. Quilmes sería una estacion intermedia, la más importante, entre la Estación Central ubicada en las actuales Alem y Perón en Buenos Aires, y la otra terminal en el puerto de la Ensenada. Sus vías corrían casi paralelas al viejo Camino de la Arena o de la Media Luna, por donde circulaban las carretas y las diligencias. Es sabido que la traza del ferrocarril fue motivo de controversias entre los habitantes del pueblo, que pugnaban para ser favorecidos con la cercanía de la estación. Hubo dos mociones, una para que la linea bordeara el pueblo a la altura de las barrancas y otra, la decidida, que pasaría al oeste de la planta urbana. La curva de Las Heras, asi como la de Guido entonces, fueron necesarias para asimilar el trazado existente. La ubicación de la estación estuvo decidida por la cercanía de la calle principal. La corporación decidió delinear una plaza en la fracción contigua a la estación, a la que denominó Weelright. Primitivamente se trataba de una sola vía sobre tierra, sin piedra, que se tornaba movediza luego de las lluvias. La segunda vía se incorporó en 1887. Con el tren se reemplazaban los antiguos sistemas de comunicaciones y transportes a través de diligencias y carretas. La última diligencia que llegó a Quilmes fue la Marcelino Cordoba.
El 8 de diciembre de 1872 se funda la biblioteca pública, que ocupa lugar propio en las hoy alem y mitre, desde 1904.
En ese mismo 1872, Melville Sewell Bagley y Younger forman una sociedad para establecer un servicio de tranvías a caballo entre la estación y el río. Comenzó a funcionar el 1 de enero de 1873. El mismo Bagley vecino quilmeño nacido en EEUU en 1838, obtendrá en 1876 la patente número 1 del país para su bebida Hesperidina, un licor de corteza de naranjas amargas. Pero ese tranvía a la ribera se extingue de una manera que duele recordar. Durante varios años era su único pasajero el último accionista que había quedado a cargo de él, el señor Younger. Los caballos, según se dice, lo traían en el tranvía hasta la estación sin necesidad de cocheros y si no perdía el tren, era debido a que se anticipaba media hora a la salida. o porque tampoco el tren tenia horario y salía cuando salvaba los contratiempos originados por los descarrilamientos que eran frecuentes. Siendo intendente el Dr. M. Videla y debiendo adoquinarse la calle Rivadavia, se procedió a hacer levantar los rieles. Así acabó el primer tranvía que tuvo Quilmes.
En 1873 se inaugura en Quilmes el alumbrado público con 60 faroles a kerosene.
El 8 de mayo de 1873, el Dr José Wilde funda el primer periódico de Quilmes y quizas de toda la provincia, "el Progreso de Quilmes" que luego cederá su imprenta a su sucesor, " El Quilmero". Quilmes tiene una larga tradición de prensa local, tanto así que de los cinco diarios que se editan en el gran buenos aires, tres son de Quilmes. Ese año se realizaron obras en el cementerio de Ezpeleta, fijando población en sus aledaños.
El ferrocarril a Ensenada transportó en 1873 la cifra de 512000 pasajeros, unos 1400 diarios, Quilmes era su estación principal, con cinco trenes diarios de ida y otros tantos de vuelta correspondiendo un promedio de 140 pasajeros por cada tren.
El 12 de enero de 1874 se toman las primeras medidas de ordenamiento del tránsito de nuestra historia, cuando aun todas las calles eran de tierra. Dictaminaban que "todo carruaje, tranway y zorras no podrán andar, sino al trote, en todo el radio del pueblo. No se pueden correr carreras de caballos ni aun galopar por la calle 12, desde la estación al rio" La calle 12 era obviamente la actual Rivadavia y su continuación. Al prohibirse las carreras de caballos en las calles del pueblo, se creó inmediatamente el "hipodromo del bajo". Se constituye una Sociedad para construirlo en los terrenos municipales próximos a la ribera, cuya ubicación suponemos en la avenida España. El hipódromo se hace y fracasa poco después de las primeras reuniones. Sus ruinas se veían a fines del año 1886. El Congreso acuerda una concesión para construir un muelle en la costa del Río de la Plata. El muelle no se construye por falta de capital.
Desde la época de la colonia, los cultivos de vid en Buenos Aires se localizaron con preferencia en una franja costera, extendida desde la Capital Federal hasta La Plata. Dos empresas ubicadas en Quilmes permiten caracterizar una zona productiva. La más antigua, instalada en 1875, abarcaba 45 ha. de viñas y una bodega contigua; en 1909 había producido 300.000 litros de vino tinto, “imitación del francés”, que tenía un excelente mercado en la provincia y en la ciudad de Buenos Aires. Dedicaban la casi totalidad de su superficie plantada a las uvas americanas. Su dueño era Andrés Rosso, italiano de Savona, con largos años de residencia en el país. Era, además, un próspero comerciante en maderas y materiales de construcción. Vecino del anterior, fundado luego, funcionaba el establecimiento de David Spinetto. Tanto este comerciante genovés como su hijo y continuador del mismo nombre, eran poderosos empresarios, vinculados a las esferas bancarias. Pero no resulta aventurado suponer que la pequeña inversión que representaba el establecimiento que comentamos era más una extensión de la quinta familiar que un emprendimiento económico autónomo.
En 1876 se nombra el primer presidente del concejo escolar que fué el Señor Juan Ithurralde.
El tren tenía en 1877 el siguiente horario: De Quilmes a Central: 6.15 y 9 a.m.; 12.50 y 7.15 p.m. De Central a Quilmes: 7.55 y 11a.m.; 3.10 y 4.50 p.m.
Con el trazado del ferrocarril llega además, en 1878, el telégrafo.
Félix Bernal usaba el servicio ferroviario hasta Quilmes, desde Buenos Aires y luego debía volver hasta su propiedad, por medios propios. Por tal motivo gestionó una parada que se concretó en 1878. Para ello cedió las tierras para construir una estación. Nació así la estación de Bernal, nombre que hizo extensivo a todo el lugar. En aquel momento era el Km.17,10 desde la estación central. El primer apeadero fue una modesta casilla ubicada en la actual barrera de Espora y Uriburu.
En 1876 se proyectó el pueblo de San Francisco, ubicado en las tierras inmediatas a la actual estación Berazategui, sobre el lado sudeste. Sus limites conforman un rectángulo dispuesto en forma transversal y superpuesto a la vez a la línea del ferrocarril, los vértices poseen orientación Noreste-Sudoeste. Su trazado constituye una cuadricula de no más de sesenta manzanas rectangulares y de dimensiones diversas.
El 5 de noviembre de 1880 muere Andrés Baranda, en su casa de la esquina noreste de Rivadavia y Sarmiento. Había sido el primer patriarca del viejo Quilmes. Dias después, el 2 de diciembre, el presidente Julio Roca pasa en tren por Quilmes en direccion a Ensenada, con la finalidad de decidir la designación de la nueva capital de la provincia, lo que finalmente recaerá en la nueva ciudad de La Plata. Quilmes creyó tener méritos para eregirse en capital provincial.. La desición de crear una nueva ciudad parece históricamente sin embargo, una desición acertada.
Félix Bernal impulsa también en 1880, la subdivisión de un sector de sus tierras. Dando inicio al crecimiento del pueblo que llevará su nombre.
El Partido contaba en 1881 con 8341 habitantes, solo un 23 % más que en 1869, habida cuenta que en 1869 se había desprendido Almirante Brown. El censo provincial señalaba también para el partido de Quilmes: 60 fabricas o talleres, en su mayoría herrerías, molinos a vapor, hornos de ladrillos, carpinterías, zapaterías, una cervecería y una destilería.
El 18 de febrero de 1883 se impusieron por primera vez nombres a las calles del pueblo que anteriormente eran denominadas solo con números, pares las que corren de este a oste empezando por la actual Conesa, que era la 2, hasta Brandzen que llevaba el 24 e impares las de norte a sur, desde allison Bell, la 1, hasta San Martin, la 23. Comunmente se llamaba también a la 12, luego Rivadavia, con el nombre de Principal, y a la 13, luego Mitre, como Comercio. Se trataba de los nombres actuales salvo algunos, como Santa Cruz, que hoy es Allison Bell, Buenos Aires, que hoy es Videla, 3 de Febrero, hoy Alem y Progreso, hoy Humberto Primo. En cuanto a la actual avenida Hipólito Yrigoyen, se la denominaba 11 de septiembre y posteriormente Centenario y Uriburu.
El servicio de teléfonos queda inaugurado en 1885 con solo 22 abonados, y dos años más tarde se contará con el primer teléfono público al que, apropiadamente, se llamaba panteléfono.
A mediados de los 80, el camino al cementerio que reiteradamente era motivo de críticas por su estado que obligaba a las carrozas fúnebres a sortear pantanosas dificultades, se mejora notablemente, como parte de las tareas relativas a la instalación de la Maltería de Bemberg en Conchitas, hoy Hudson.
De calles de tierra apisonada con cercos vivos o construidos y terrenos baldíos que se encontraban en el centro del pueblo utilizados como potreros para los animales, Quilmes era el lugar preferido de veraneo para las familias aristocráticas porteñas, las cuales tenían casas con cochera, caballeriza, jardín, árboles frutales entre aromos de espinillo y magnolias.
Los terrenos conformados delimitaron su área a través de cercos construidos; estos elementos lineales sirvieron de borde para establecer una ruptura entre el espacio público y privado. La presencia de la vegetación tuvo protagonismo en el interior de los terrenos cultivados, con árboles de sombra o frutales como lo fueron los ejemplares de ombú, eucaliptos, araucaria, castaño, ciprés, tala, o materializando una división parcelaria dispuestos en grupos o alineaciones como ser de higueras, casuarinas, paraísos, sauces y acacias según el Plano Topográfico de 1890.
En torno a la plaza principal se fue ordenando el paisaje con la apertura de calles que organizaron el espacio para ser ocupado a través de los edificios institucionales: la iglesia, la municipalidad, la escuela y la comisaría. La plaza principal como un lugar de identidad, relacional e histórico ceremonial, festivo y de paseo fue el lugar cercano a las transformaciones, al comercio, al transporte y a los acontecimientos del pueblo. La plaza principal la cual dejó de ser un baldío cubierto de cicuta en primavera, se consolidó como espacio verde a través de la jardinería pública. Impulsada por razones de higiene y ordenamiento, la plaza experimentó los primeros lineamientos compositivos de ornato en 1887 mediante la alineación de copudos paraísos en sus flancos y por caminos en diagonal cuyo recorrido estaba acompañado con árboles de sombra en ambos costados y un añoso pino centrado en cada ángulo.
Los primeros empedrados se iniciaron en 1888 bajo la intendencia de don Nicolás Videla. Dos años después estaban adoquinadas Rivadavia, de la estación a Sarmiento, y Mitre entre Conesa y Matienzo. Luego fue el turno de Brown, Lavalle, Alem, Alsina, Garibaldi y Pringles.
Desde la llegada de los ingleses del ferrocarril, la práctica deportiva tuvo un lugar que antes nunca. Una serie de acontecimientos se fue concatenando hasta que, en noviembre de 1887, nace el Quilmes Atlhletic Club.
En 1888 se crearon, en el pueblo quilmeño, las Comisiones Vecinales en las cuales recayó la inspección sobre la higiene domiciliaria y de los establecimientos públicos. Estas vigilaron el cumplimiento de las Ordenanzas Municipales, funciones que se incorporaron con obligatoriedad al rol del Estado. Este urbanismo higienista estatal recibía diversas medidas tendientes al mejoramiento de la localidad en lo referido a la venta de pan, carne y leche como también sobre la existencia de los árboles y plantas en las calles y caminos.
Por ese entonces se estableció la ordenanza sobre el tipo de cercos que se debían emplear para cercar los terrenos. Se hizo extensiva para todos los propietarios o encargados de las fincas o terrenos que se encontraban dentro de la traza del pueblo, la cual obligaba a cercar el frente de la propiedad lindante con la vía pública. Para el caso de las calles cercanas a la plaza principal la separación se debía materializar con edificios, paredes de ladrillo o verjas de hierro, en cambio para los terrenos más alejados de la traza fundacional y las restantes quintas sobre la barranca, la opción era más económica por lo que respondía a verjas de madera o tejido de alambre. La prohibición quedó establecida para la plantación de cercos o plantas sobre la línea municipal que invadiesen la vereda estorbando el tránsito. Por consiguiente los cercos vivos existentes debían ser arrancados para construir en su lugar aquellos que se habían establecido. Cabe mencionar que la misma ordenanza contempló la siguiente medida: "Se podrán poner árboles de sombra o plantas de adorno en el cordón de la vereda con previo aviso de la Intendencia. Esta medida sería ajustada años posteriores debido a los inconvenientes causados en su aplicación.
En 1888 el Departamento de Ingenieros aprobó el plano confeccionado por el ingeniero Paulino Silva para el remate de lotes del pueblo de San Salvador, ubicado al Norte e inmediato a la actual estación de Berazategui. Se trata de una cuadricula que no excede las 60 manzanas, en su mayoría iguales y con la misma orientación que las del pueblo San Francisco. Su perímetro es irregular y está condicionado por el trayecto de las vías férreas, la existencia de una arteria (actual Avenida Mitre de Berazategui) y el predio que corresponde a uno de los asentamientos industriales que han aprovechado el paso del tren, la fabrica Ducilo S.A. En lo concerniente a espacios públicos, se previó una plaza del tamaño de una manzana junto a la avenida citada. A partir de estos últimos dos casos es interesante observar cómo las nuevas áreas siguen, en cuanto a la orientación de la cuadricula, las directrices impuestas por la forma y orientación de las fracciones rurales divididas con anterioridad.
La industrialización del partido adquirió un impulso definitivo con la inversión de Otto Bemberg y Cía (un capital de 2000000 de francos), y la fundación desde 1886 de la destilería de alcohol de grano de las Conchitas, la primera gran industria del partido, la destilería Franco-argentina, hoy Primera Maltería. Este emprendimiento, obligó a realizar dos desvíos del ferrocarril de la Ensenada, además de caminos de acceso y otras innovaciones. La familia Bemeberg de origen belga junto a un grupo de inversores europeos fundaron en 1888 la Brasserie Argentina, sociedad anónima con sede en París y un capital social de 3 millones de francos.
La construcción de la Cervecería comenzó en 1888 comenzando la radicación de un polo industrial en medio de chacras y quintas frutales que poblaban el partido hacia fines de siglo. Con el tiempo, la fabrica quedó englobada dentro de los limites de la ciudad de Quilmes, gestándose una interacción positiva entre la empresa y la urbe. Tres fueron las determinantes principales de esta localización: la pureza del agua, la cercanía del ferrocarril de Buenos Aires a Ensenada, y la relativamente corta distancia del mercado en expansión que representaba la ciudad de Buenos Aires. La proximidad de las vías férreas permitía no sólo la comunicación con la Destilería Franco-argentina sino que facilitó la construcción de un desvío hacia el interior de la Cervecería vinculando las operaciones de carga y descarga.La Cervecería Argentina fue desde el primer momento, un complejo fabril de gran envergadura, que implementó técnicas de producción de avanzada. El agua que se extraía de pozos semisurgentes, era distribuida gratuitamente a la población anticipando lo que, varias décadas después, sería la Compañía Obras Sanitarias de Quilmes y Extensiones.
Desde entonces Quilmes y Cerveza resultarán inseparables.
En 1890 se inicia la presencia policial en Bernal, con un sargento que dependía de Quilmes.
En 1891 se traza el pueblo de Ezpeleta, junto a la estación ferroviaria homónima. Recién en 1928 se inaugura la parada kilómetro 13 y se lotean los orígenes de Don Bosco. ese mismo año, Demetrio Migliorini instala en 9 de Julio y San Martin, frente a la estacion de Bernal, el primer bar del pueblo, "La Ciudad de Lérici", pero para todos era "el café de la estación".
La fracción de tierra ubicada entre las actuales calles: Lamadrid, Republica del Líbano y desde Hipólito Irigoyen hasta Vicente López, y de propiedad original del comisario Ciriaco Cuitiño adquirida luego por el Ramón Otamendi, fue vendida en 1892 al Dr.Diego de La Fuente. Este plantó gran cantidad y variedad de árboles, formando un monte. Posteriormente lo adquiere el Dr.Gallo y por el monte, el barrio se conocía por el “Monte del Gallo”. A través de los sucesivos dueños se dedicaron apreciables espacios para el cultivo de verduras y frutas hasta que a partir del año 1925 comienza a desaparecer.
En el año 1894 por ordenanza se dispuso la plantación de especies arbóreas de plátanos y/o paraísos al borde de las veredas a una distancia de 5 metros entre sí. A su vez se estableció la alternativa de que los vecinos en todas las demás calles pudiesen plantar las mismas especies, siempre en cuanto quedase respetada la distancia establecida por ordenanza.
El segundo censo nacional de 1895 arroja una población para el Partido de 12048 habitantes, ya sin Florencio Varela, que se había independizado en 1891. La población urbana era de 33%. Ese año los Padres Salesianos lotean en 120 mensualidades una fracción contigua a su predio.
roberto Clark en el año 1895 arrenda un terreno de 66 hectáreas y fraccion sobre la costa, al norte del Nautico, al que describe como "terreno anegadizo, cubierto en toda su extension con un denso pajonal atravesado por un arroyo". Hay un plano sel ejido de Quilmes, de la época, que designa a este arroyo que menciona Clarc, como arroyo de la paja
Hacia 1896 Francisco Razzetto organiza el primer servicio de coches con dos caballos y establece su parada en la estación Bernal.
La instalación eléctrica, de 1898, comenzó por intalarse en la plaza principal y en la calle Rivadavia, a razón de un farol por cuadra, siendo de un farol cada dos cuadras en las calles aledañas. Ese mismo año se inauguran dos entidades educativas de notable trayectoria, los Colegios Alemán y San Jorge. Y al año siguiente se funda el Club Atlético Argentino de Quilmes, cuando destacados vecinos, cansados de ser impedidos por los ingleses de participar en las prácticas del fútbol, crean la primera institución criolla de ese deporte en Argentina.
Pero Quilmes no despegaba de su ambiente netamente campesino ni aun a finales del siglo XIX. No antes que, en 1889, se establece La Cerveceria Argentina Quilmes, de Otto Bemberg. La empresa, admirable para la época, modificaba absolutamente el perfil urbano del pueblo, con sus silos galpones y chimeneas que se transformarían en postal obligada. En verdad era una de varias en 1898 se instala la Papelera Argentina, en Bernal. Todas, enormes plantas industriales al modo de la época que darían inicio a un nuevo Quilmes.
En Bernal se inaugura, en 1900, el actual edificio de la estación, construida en mampostería, con tejas importadas de Marsella. El movimiento es poco, tres trenes en cada sentido por la mañana y tres por la tarde.
Poco después la compañia Sansinena divide su quinta y así lotea la calle 25 de Mayo de Bernal, con estetica particular que la sitúa entre las primeras de corte residencial.
Para fines del siglo XIX y a pesar de la precariedad de sus construcciones, la manzana histórica de Quilmes se consolidaba como tal, siendo contenedor de los edificios públicos, educativos y religiosos más representativos.
Otro pueblo surgido a orillas del ferrocarril fue Espeleta (hoy Ezpeleta). En 1904 el agrimensor J. C. Fuchs realizó una mensura del pueblo, una traza con perímetro irregular conformada a partir de 23 manzanas en su mayoría regulares, cambiando esta condición cuanto más próximas a las vías del tren. Hacia 1909, a un lado y al otro del pueblo, también en relación con las vías, se llevarían a cabo dos importantes remates de lotes, el primero ubicado hacia el Sudeste proponía una cuadricula de límites regulares compuesta por 80 manzanas casi cuadradas de 120 m de lado y el segundo hacia el Noroeste del pueblo e inmediato a los limites del ejido de Quilmes, conformaba una cuadricula de no más de 8 manzanas de 120 x 80m aproximadamente, dando origen a una villa llamada Margarita.

No hay comentarios: